Diseñado conjuntamente por dos arquitectos, E. Warmsley Lewis y W.E. Trent, el Apollo Victoria se inauguró el 15 de octubre de 1930 como sala de cine y el edificio está clasificado como de Grado II.
La película que se proyectó en la inauguración del nuevo local en 1930 fue Old English, una adaptación de la obra de teatro interpretada por John Galsworthy, pero la sala de cine también fue diseñada para acoger actuaciones en el escenario antes de proyectar el largometraje.
Gracias a su inteligente diseño, el teatro pudo representar un palacio de hadas bajo el mar. Tal como lo describió un periódico de la época: "Aunque el colorido de las alfombras y del tapizado es bastante alegre, las paredes pintadas en color plata y la iluminación verde ofrecen una maravillosa sensación de frescura. Entrar en el auditorio es como entrar en lo que de niños imaginábamos sería la cueva o la gruta de una sirena bajo el mar. A ambos lados del escenario hay unas columnas elegantemente curvadas que confluyen en la forma de una ostra en la parte superior, y la iluminación ubicada detrás de las columnas cambia del verde mar a un delicado rosa coral."
En los años 30, la amplificación del sonido era una auténtica novedad y había cierta resistencia a la moda de los megacines. Un reportero de la época se preguntaba, "Esta semana se ha inaugurado el nuevo Victoria Cinema, capaz de acoger a 2.000 personas. Pero ¿están las salas de cine de hoy basadas en los principios del pasado? Las películas mudas se adaptaban perfectamente a un local enorme, pero para las 'habladas', un local grande supone un inconveniente ya que suele dificultar la correcta audición de la película. ¿Deberemos volver a las películas mudas por culpa del tamaño de los locales?; ¿o deberemos empezar de cero y construir pequeños e íntimos locales para que podamos oír cómodamente las películas habladas?"
En 1975 cerró la sala de cine para abrir de nuevo sus puertas en septiembre de 1980 como local de música en vivo y actuaciones. A partir de entonces acogió varias producciones, entre ellas The Sound of Music con Petula Clark en 1981, Camelot con Richard Harris en 1982, Dash con Wayne Sleep en 1983 y Fiddler on the Roof (El violinista en el tejado) con Topol, también en 1983.
En 1984 se eliminaron 1262 asientos para albergar una pista de patinaje y se pintó de negro la mayor parte del auditorio para acoger el musical de Andrew Lloyd Webber, Starlight Express, que se prolongó un total de 7406 funciones.
Desde entonces, los musicales a gran escala se han convertido en el pan de cada día del local. En 2006, el teatro acogió el esperadísimo fichaje de Broadway de Wicked. Esta producción, que todavía sigue representándose, es uno de los espectáculos de teatro musical que más ingresos ha obtenido en los últimos diez años.